Este año iniciamos nuestro último tramo del camino al objeto de completar el Camino de Santiago, aventura que nos propusimos realizar allá en el 2011. Sin duda alguna nos embarga una fuerte emoción. Ya no somos los mismos. Cuando lleguemos, habrán sido 844,7 kilómetros de historia, de arte, de gastronomía, de esfuerzo, de compartir, de amistad, de introspección interior y de gran riqueza vital. 844 km!, sí, tal como los midieron nuestros amigos Acacio y Orietta del albergue peregrino de Viloria de Rioja, en Burgos. Saber, conocimiento, cultura, sentimientos imposibles tantas veces de expresar, se uniràn en nuestro interior y nos acompañarán como una mochila vital para el resto de nuestros días. Gracias a todos los peregrinos y gentes que hemos conocido, buenas gentes sobre piedras y barro. Gracias a vosotros, por compartir con nosotros este trozo de nuestra vida. Ya lo sabéis: la vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero.

sábado, 19 de abril de 2014

Etapa 8 Villafranca del Bierzo-O Cebreiro

Hoy era el día D: la subida a O Cebreiro. Sólo su nombre impone lo suficiente para que nos fuéramos al catre con cierta ansia, pendientes del tiempo, de nuestro físico. Nervios. A las 6 diana. Habíamos decidido con Chuqui salir del albergue a las 7 de la mañana y afrontar pronto el último tramo por si la climatología era adversa. Abandonamos de noche Villafranca a la vera del río. Es de noche y conforme avanzamos hacia la carretera que nos guiará, surge en el ambiente el típico paisaje gallego al que nos acercamos: son los sonidos de la natura, el rumor del cauce del agua, los castaños representando figuras fantasmagóricas, el cielo azul marino abriéndose, el canto primero de los pájaros en la mañana. Enmoción y silencio nos acompañan en la salida. La etapa es asfáltica, ya que a lo largo del itinerario, un tramo muy generoso es senda paralela a la carretera que atraviesa los diversos pueblos del itinerario. Primero llegamos a Pereje, localidad a la que entramos entre castaños y pajarillos hablándose. Seguimos avanzando ente una senda elevada hasta Trabadelo, donde paramos a desayunar -yo con ciertas angustias ya que ayer se rompió uno de mis incisivos mientras me aseaba-. Mientras reemprendemos la marcha el paisaje de nuestro entorno se va tornando cada vez más espectacular: las cimas de las montañas que rodean nuestro camino y el espectacular color de la naturaleza al paso nos recuerda su poder, su belleza, su permanencia que empequeñece al urbanita. Pasamos a ritmo endiablado; hoy, etapa reina, bien sea por la emoción o las ganas de afrontar el temido, hace que vuelen nuestros pies. Pasamos La Portela, Ambasbestas, Vega de Valcarce y Ruitelán a ritmo de más de 5 km por hora, 5,2 concretamente. En Hospital, a pie de puerto, decidimos coger algo de aire en parada y fonda y recoger nuestro habitual y cotidiano bocadillo diario. Pertrechados, afrontamos la subida. Faltan 8 km para destino, pero son los más temidos. El primer tramo en asfalto nos deja temblando: si todo es así, va a ser infernal. Una senda a mano izquierda nos ayuda y compagina subida y llaneo entre verdes y marrones, entre tonalidades hojarasca, entre robles y castaños. Llegamos a La Faba resoplando, mojados del esfuerzo y el último repecho. Tras hablar con un lugareño y sellar en la hermosa Iglesia de San Andrés, seguimos hasta Laguna de Castilla que está en el km 25,9, a apenas 3 de la meta. La subida se inicia suave, engañosa, para acabar rompiendo las fuerzas y el paso. Llegamos y decidimos comer y refrescarnos. Ya falta poco. Salimos a piñón, conscientes de estar cerca. La subida se recrudece y nuestras fuerzas no son las del principio. Pasamos el escudo que nos recuerda haber entrado en terra galega. El paisaje es inmenso. Los colores de tonalidades infinitas, verdes a doquier y las cimas que antes nos miraban desafiantes, han empequeñecido a nuestros pies. La emoción nos empuja y llegamos por fin. Veo el crucero de entrada a O Cebreiro, aquel que un día, allá por el 2011, nos hicimos una foto Ferran y Bea, Jose Mª, Carmen, Paula y Jose, Juan Borrego, la Reche, Cristina y Guillem, Chuqui, Fede, Elena, la tata y Polete. Hemos llegado a O Cebreiro!!

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