Los que hayan pernoctado en Triacastela deben atravesar la localidad por la calle central hasta la salida de la población. El Camino se bifurca desde aquí a Sarria y hay que escoger uno de los itinerarios. A mano izquierda, por la LU-633, progresa el trazado hasta Samos y su monasterio benedictino y de allí continúa hasta Sarria. A mano derecha parte el itinerario por San Xil, 6,5 kilómetros más corto y leve desnivel.
Por San Xil:
A la salida de Triacastela giramos a mano derecha y cruzamos la LU-633. A la derecha, arriba, nace el desvío a San Xil. Lo tomamos y, tras un corto tramo, abandonamos la carretera por la derecha para seguir por pista asfaltada. Después cogemos un camino que conduce a A Balsa (Km 2,2). Por cuesta más pronunciada continuamos rodeados de robles hasta desembocar de nuevo en la carretera, a la altura de la Fonte dos Lameiros (Km 3,3).
Un buen repecho por asfalto nos deja a la altura de San Xil. La población queda a mano izquierda y solo encontramos una máquina de refrescos (Km 3,9). El itinerario continúa ascendiendo por la carretera, al principio en falso llano para endurecerse después, hasta las inmediaciones del alto de Riocabo (Km 5,5). En el alto dejamos la carretera para disfrutar el tramo más bonito de la etapa: pasillos cerrados de castaños, robles, y abedules nos escoltan. La bajada a Montán – no entramos- es peligrosa por el piso de lajas de piedra (Km 7,8). Continuamos el descenso hasta la aldea de Fontearcuda, (Km 8,5).
El Camino baja de Fontearcuda hasta la carretera, cruzando ésta y debemos estar atentos a la señalización porque hay que buscar el mojón para tomar un camino que evita un largo rodeo de la carretera que pasa por Zoo. Salvamos un arroyo y avanzamos por la senda que sale de nuevo a la carretera y por asfalto llegamos a Furela, entre prados (Km 10,4).
Atravesamos por medio de la población y cruzamos la carretera junto al cartel que anuncia la entrada al Concello de Sarria (Km 10,7). Un kilómetro resta para llegar a Pintín (Km 11,7). El Camino sigue arrimado a la carretera LU-5602 y un kilómetro más adelante la cruza para internarse por un tramo boscoso. Bajamos de nuevo a la carretera y pasamos junto al albergue público de Calvor (Km 13,1). La parroquia del mismo nombre queda por detrás del albergue, a mano izquierda. Quinientos metros después nos desligamos de la LU-5602 para entrar en Aguiada (Km 13,6). Tras la población regresamos a la carretera por una senda paralela. El Camino deja a mano derecha un albergue privado rodeado por un jardín (Km 14,3) y continúa por el andadero dejando a un lado el cruce a Airexe. A la izquierda de la carretera queda la parroquia de San Mamede do Camiño(14,9).
Con vistas de Sarria, el andadero de tierra sigue progresando al pie de la LU-5602 por pequeños toboganes. Pasamos el mojón 114 km de Carballal y el cruce a Ferreiros, que se deja a mano derecha. De inmediato llegamos junto al camping Vila de Sarria,y dejamos Mendros a la derecha. Entramos en Sarria topándonos con el primer albergue (Sariia cuenta con el mayor número de albergues del Camino y es el lugar escogido por muchos caminantes para iniciar la peregrinación, ya que se encuentra en la distancia para conseguir la Compostela). La rúa José Sánchez nos deja al pie de la rúa Calvo Sotelo, que cruzamos para continuar de frente por la rúa do Peregrino. Salvamos por un puente el río Sarria y cruzamos en Benigno Quiroga para girar junto a la Peregrinoteca. Una escalinata sube hasta la entrada de la rúa Mayor, (Km 18,3).
Por Samos:
Por este itinerario la distancia recorrida es de 24,7 kilómetros. Los mojones jacobeos dejan su sitio a las flechas amarillas. La ruta acompaña el río Sarria, también conocido por río Oribio, ya que se forma en las laderas de este monte en el Concello de Triacastela.
Hay que tomar la bifurcación de la izquierda. Se sale de Triacastela para desembocar en la carretera LU-633. Ésta, llega hasta San Cristovo do Real (Km 3,8), parroquia de Samos ya documentada en el año 1175. En esta parroquia se encuentra el pazo de Lusío del año 1551 y la Casa Forte, albergue de la Xunta. Desde San Cristovo, un camino que acompaña al río por la derecha progresa hasta Renche, también documentada en 1175. (Km5,5). Al otro lado de la LU-633 queda Vigo.
Desde Renche, por hermosos paisajes junto a la vega del Sarria u Oribio, se progresa
hasta Lastres, aldea de Reche, y se llega hasta Freituxe (Km 7,3). Después subimos y bajamos hasta la parroquia de San Martiño do Real con iglesia de estilo románico rural (Km 8,4). A la salida regresamos a la LU-633 y la cruzamos para dirigirnos hasta Samos, capital del Concello donde se encuentra el célebre monasterio benedictino (Km 9,8).
Tras Samos se regresa a la compañía de la carretera hasta Teiguín (Km 11,7), aldea de Santa Baia de Pascais, a la que subimos (Km 12,8). En Teiguín dejamos la carretera y desde la parroquia de Pascais volvemos primero por caminos y luego por pistas y tramos asfaltados, para alcanzar las aldeas de Gorolfe, Reiriz y Sivil. Accedemos al Concello de Sarria por la aldea de Perros, que muestra un pazo con torre vinculado a las familias Monseiro, González, Losada y Sarmiento. Desde aquí salvamos la LU-5602 para llegar a Aguiada, población donde enlazamos con el itinerario proveniente de San Xil (Km 20). Desde aquí a la rúa Mayor de Sarria restan 4,7 kilómetros.
Dificultades: Ojo en la variante de Samos con la señalización. Varios peregrinos se han extraviado debido, sobre todo, a indicaciones que se dirigen a negocios privados y por la mala conservación de algunas señales. La Voz de Galicia alerta que en Pascais, en una intersección en las inmediaciones de la iglesia, hay unas flechas hacia la derecha que dirigen fuera del Camino. En este punto hay que fiarse de los paneles informativos y no tomar la otra dirección. En el itinerario por San Xil son duros los primeros 5,5 kilómetros hasta el alto de Riocabo. La variante de Samos es 6,5 kilómetros más larga que la de San Xil. La carretera es un inconveniente por Samos pero la suplen los ipaisajes a la vera del río Sarria.
Observaciones: Además de los albergues el Camping Vila de Sarria cuenta con 12 plazas en litera ubicadas en un par de tiendas de lona (se puede reservar en el 982 53 54 67).
Qué ver:
Samos: Capital del Concello y lugar del célebre monasterio benedictino de Samos, uno de los más antiguos de España y símbolo cultural de Galicia. Sus orígenes se remontan al siglo VI en pleno reino suevo y su fundación estuvo a cargo de San Martín Dumiense que lo dedicó a los mártires de Antioquía San Julián y Santa Basilisa. Una lápida visigótica confirma la antigüedad, aunque quedan pocos restos medievales. El imponente y rico conjunto arquitectónico actual procede casi todo de los siglos XVI al XVIII. La iglesia es edificio neoclásico; entre la iglesia y el convento se encuentra el Claustro de Feijoo, presidido por el ilustre polígrafo benedictino. Adosado a éste está el refinado Claustro de las Nereidas (s. XVI). Apartada del monasterio se encuentra la capilla mozárabe del Ciprés. También se la conoce como capilla del Salvador y se remonta a los siglos IX o X. Samos tiene hostales, bares y un par de albergues para peregrinos.
Calvor: El Camino pasa arrimado a su albergue pero no se interna en la población. Se ubica sobre un antiguo castro del que aún se pueden contemplar sus defensas. A la iglesia parroquial de Santo Estevo o San Esteban le precedieron un monasterio fundado por el presbítero Adrián en el siglo VIII y una iglesia visigoda.
Sarria: Sarria es un hervidero de peregrinos. Los que llegan peregrinando desde otros puntos más los que se suman en el propio Sarria, ya que ganan la Compostela quienes recorren, al menos, los últimos 100 kilómetros a pie (restan desde aquí a Santiago 115,3 kilómetros). Los datos reflejan que en 2012 iniciaron su peregrinación en Sarria 40.734 peregrinos, el 21% de los que recorrieron el Camino. En la rúa Mayor se encuentra la iglesia parroquial de Santa Mariña, y la iglesia del Salvador, románica de transición con varias portadas del siglo XIII. Pasado el mirador, en la salida de la etapa hacia Portomarín, se puede ver el convento de la Magdalena, cuyo origen se remonta al siglo XIII. Tanto en la iglesia de Santa Mariña como en el convento de la Magdalena se expiden credenciales
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