Son las 14,30 horas y os escribo ya desde San Martín del Camino,. El ritmo horario que impone Chuqui (me levanta como a los quintos) ha hecho que a las 6.25 horas ya íbamos camino la ducha, tras oir algún sonoro cuesco en la sala de descanso, para luego emprender la marcha. Como véis en la foto que acompaña, era todavía de noche cuando ya nos disponíamos a la etapa de hoy, de 25,9 kilómetros. Ha sido una etapa yo diría "poligonera". La salida de León se realiza por las calles del casco histórico y realmente es una salida de emoción por la Calle Rúa y entre la Casa Botines, el Palacio de los Guzmanes o la Real Colegiata de San Isidoro. Lo máximo ha llegado cuando he ido a sellar la credencial al Hostal de San Marcos, hoy Parador de Turismo. Con perdón, me he caído de culo cuando he entrado: ayer hospital de peregrinos, entrar en él hoy te traslada a la Edad media. Impresionante. La salida de León es fatigosa, por y zonas satélite algo deprimidas y por polígonos industriales de visión más dura que la de la naturaleza o el camino jacobeo. En llegando a Virgen del Camino, tras 7,5 km y sin desayunar, he conseguido doblar el corazón de chuqui, y hemos parado: café con leche, tostada y zumo de naranja, con una abuela sargento que controlaba el cobro y dinero de los clientes. Con las viandas en el estómago nos hemos acercado al Santuario de la Virgen del Camino, con esculturas de Jose Mª Subirachs. Templo impresionante para lo que es la localidad, pero...Más polígono y más polígono. Y tras un par de localidades, nos esperaban casi 8 km de senda al lado de carretera con camión tras camión hasta Villadangos del Páramo. Esta localidad dispone de un polígono que no se acababa nunca (como la procesión de ayer de León que nos perseguía). Y venga nave, y nave, hasta llegar. Nos ha decepcionado un poco pero nos hemos surtido de fruta y cerveza para el bocadillo que hemos comido en la laguna
de la que acompaño fotografía. Tras la comida, reemprendiendo la marcha y aquí estamos. He notado un poco la rodilla y tengo el hombro izquierdo cargado. Pero peor lo pasaba Alaska con su tibia y el peroné.
Luego os cuento.
Au siau!
No hay comentarios:
Publicar un comentario