Dejando a la espalda la fachada del Ayuntamiento de Astorga, atravesamos la plaza Mayor para colarnos por la calle Pío Gullón, situada a la izquierda de la plaza. Tras cruzar García Prieto continuamos de frente por la calle de Postas y la calle Santiago. Dejando a un lado el Palacio Episcopal pasamos junto a la fachada principal de la catedral y tomamos la calle Portería. Tras Portería doblamos a la derecha y avanzamos rectos cerca de 400 metros por la calle San Pedro. Cruzamos la calle y tiramos en dirección a Castrillo de Polvazares y Santa Colomba de Somoza por la calle de los Mártires. Por un paseo paralelo a la LE-142 bajamos hasta la altura de Valdeviejas, donde se encuentra la ermita del Ecce Homo, construcción del siglo XVIII (el ermitaño madruga, sella y facilita credenciales) (Km 2,6). Dejamos atrás la ermita y salvamos la autovía A-6 (Madrid-Arteixo) por un paso elevado. Un andadero al pie de la LE-142 nos espera para conducirnos a Murias de Rechivaldo, población maragata a la que entramos tras salvar el cauce del río Jerga. La parroquial de San Esteban, del XVIII, queda a mano derecha y atravesamos Murias por una calle lateral, donde está el mesón (Km 4,7). Abandonamos Murias por medio de una pista de grava. Una larga recta de más de dos kilómetros nos lleva a cruzar la LE-142 (Km 7,3), carretera que dejamos por un andadero pegado a la LE-CV-192. Media hora después llegamos al centro de Santa Catalina de Somoza (Km 9,3), antiguo pueblo de arrieros de recias casas.
Atravesamos Santa Catalina de Somoza por la calle Real y a la salida recuperamos el andadero de la LE-CV-192 que, nos acerca hasta la población de El Ganso. Entre medias, una cruz de madera. En El Ganso, tras un par de bares giramos a la izquierda para pasar junto a una fuente y la iglesia de Santiago (Km 13,4). Tras El Ganso, seguimos el andadero. Una hora después dejamos a mano derecha el cruce a Rabanal Viejo y Maluenga (Km 17,5) y, tras el río de Rabanal Viejo, abandonamos la carretera para tomar una senda que sube entre un rebollar. Avanzamos pegados a una valla de cruces hechas por peregrinos. De nuevo junto a la carretera vemos, a mano izquierda, el monumental roble del peregrino, conocido por el sobrenombre de carballo de Fonso Pedredo (Km 19).
También a mano izquierda dejamos la ermita del Cristo de la Vera Cruz, (Km 19,7). Dejamos la compañía de la LE-CV-192, que se funde aquí con la LE-142, para entrar en Rabanal del Camino. (Km 20,3) (la novena etapa del Codex Calixtinus partía de León y finalizaba en Rabanal del Camino).
Superamos la cuesta de la calle principal de Rabanal para llegar junto a un lavadero,
donde tomamos una pista entre los piornos. Un kilómetro más adelante cruzamos la carretera y seguimos por el camino de la izquierda. Llegamos junto a una fuente abrevadero (Km 22,3) y subimos un breve tramo hasta la carretera LE-142, buena atalaya para reconocer las tierras de la maragatería. Un camino que progresa por encima de la carretera, paralelo a su trazado, nos deja tres kilómetros y medio más adelante en el centro de Foncebadón, pueblo arruinado y asentado sobre el monte Irago resucitado por una taberna, un restaurante, varios albergues y el paso casi diario de los peregrinos (Km 25,9). (Asegurarse antes, sobre todo en invierno, de que los albergues de Foncebadón estén abiertos).
donde tomamos una pista entre los piornos. Un kilómetro más adelante cruzamos la carretera y seguimos por el camino de la izquierda. Llegamos junto a una fuente abrevadero (Km 22,3) y subimos un breve tramo hasta la carretera LE-142, buena atalaya para reconocer las tierras de la maragatería. Un camino que progresa por encima de la carretera, paralelo a su trazado, nos deja tres kilómetros y medio más adelante en el centro de Foncebadón, pueblo arruinado y asentado sobre el monte Irago resucitado por una taberna, un restaurante, varios albergues y el paso casi diario de los peregrinos (Km 25,9). (Asegurarse antes, sobre todo en invierno, de que los albergues de Foncebadón estén abiertos).
Dificultades: Desde Astorga hasta Rabanal del Camino se ascienden 283 metros de altitud en 20,3 kilómetros, una subida casi imperceptible. Desde Rabanal a Foncebadón son cerca de 280 metros en 5,6 kilómetros, ascenso nada exigente.
Observaciones: Los que quieran desviarse del Camino para visitar la cercana localidad de Castrillo de los Polvazares (Conjunto Histórico Artístico y típico pueblo maragato de calles empedradas y casas de arrieros), en lugar de entrar en Murias de Rechivaldo continúan por el arcén de la LE-142 durante 2 kilómetros. Después de visitar el pueblo deben tomar una pista, señalizada, que desemboca en el Camino Francés justo antes de entrar en Santa Catalina de Somoza.
Qué ver
Murias de Rechivaldo: Típica población maragata, fue un pueblo de arrieros, ocupación secular de los maragatos. Destaca la iglesia de San Esteban con su espadaña, del siglo XVIII, con relieve de la Virgen del Pilar cobijado en una hornacina sobre el dintel de la puerta. También hay una estatua de San Roque Peregrino. A dos kilómetros de Murias se encuentra Castrillo de los Polvazares, el núcleo más representativo de la maragatería. El pueblo está en excelente estado de conservación, sobre todo su calzada.
Santa Catalina de Somoza: Del antiguo hospital de la Virgen de las Candelas ya no quedan restos. En la iglesia de Santa María se conserva una reliquia de San Blas, uno de los santos más presentes en el Camino por su vertiente asistencial y sanitaria.
El Ganso: En El Ganso, aún pueden verse casas teitadas cubiertas de pajas de centeno. Este tipo de cubierta que se remonta a la prehistoria ha perdurado durante siglos y se ha considerado como el indicio del substrato celta de toda esta extensa zona. La iglesia esta dedicada a Santiago y en su interior se puede contemplar una bonita talla (siglo XVI) del Santo vestido de peregrino. En el atrio de la iglesia hay una capilla conocida como del Cristo de los peregrinos.
Rabanal del Camino: Esta localidad de casonas macizas de piedra sirvió de avanzadilla a los Templarios de Ponferrada para proteger a los peregrinos hasta su llegada al Bierzo. Rabanal sirvió también de posada a Felipe II en su peregrinación a Santiago. Desde esta villa, según la leyenda, Carlomagno y su fiel caballero bretón Anseïs contemplaban Astorga y Sahagún. Los peregrinos paraban aquí a recobrar fuerzas y se agrupaban para sortear las cumbres del peligroso monte Irago, donde acechaban los animales salvajes y los bandidos. Antes de entrar en el pueblo se encuentra la ermita de la Vera Cruz, construida en sillarejo y techada por teja árabe en el siglo XVII o XVIII. Ya en la calle Real se puede contemplar la capilla de San José y el Hospital de San Gregorio.
Foncebadón: Una cruz de madera da la bienvenida a Foncebadón, pueblo arruinado y asentado sobre el monte Irago. En el siglo X, Ramiro II de León convocó aquí un concilio y en el XI, un ermitaño del Bierzo llamado Gaucelmo construyó una alberguería. En este enclave de pastizales y casas derruidas, una taberna, un restaurante, varios albergues y el paso incesante de los peregrinos se encargan de mantener vivo el recuerdo de lo que fue un día Foncebadón.
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